El 5 de marzo de 2009 Michael Jackson aparecía en el O2 Arena de Londres ataviado con la vestimenta que le caracterizaba, la que incluía su mítico brazalete en el brazo derecho y sus gafas de sol Ray Ban negras. El cantante se presentó ante más de 7.000 seguidores y cerca de 400 periodistas para anunciar su última gira, la última vez que bajaría el telón de un escenario.
El público coreaba “This is It” (esto es todo), el título que daba nombre a los diez conciertos que significaban el fin de su carrera. Ante una masa entregada, Jackson se unió al cántico para más tarde explicar lo que estaba por llegar. “Sólo quería decir que este será mi último espectáculo, las últimas actuaciones en Londres. Cuando digo que ‘esto es todo’, realmente significa que es todo”, dijo antes de despedirse de sus fans hasta julio.
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Las entradas se agotaron en menos de una hora y lo que en principio serían diez conciertos se convirtieron en cincuenta. Un show que contaría con efectos en 3D, una ingente cantidad de bailarines y la magia del rey del pop de nuevo en el escenario, pero este idílico punto y final nunca se produciría en la carrera de Michael Jackson. La gira ‘This is it’ se transformó en una película documental póstuma sobre los ensayos de los conciertos, cuando la inesperada muerte del cantante sorprendió y sobrecogió al mundo de la música.
El 25 de junio de 2009, Michael Jackson dejó huérfana a la familia del espectáculo y a tres niños que vivieron bajo la sombra de la mayor figura del pop que ha visto la tierra. La estrella sin infancia, el niño que nunca quiso crecer y el adulto que se vio envuelto en multitud de escándalos que actualmente siguen sin resolver, fallecía a causa de un paro cardiorrespiratorio por intoxicación de propofol, un anestésico que utilizaba para descansar cuando no podía conciliar el sueño.
La leyenda del artista permanece viva a través de sus canciones y de sus videoclips y coreografías que marcaron una época y sentaron las bases del pop moderno. Muchos recuerdan situarse frente al televisor para descubrir la nueva pieza casi cinematográfica que había preparado Jackson. Sus videoclips fueron innovadores y marcaron el camino del resto, que se sumaron a la ola de piezas musicales acompañadas de historias que tenían duraciones cercanas a la media hora. Sin ir más lejos, Bad mantuvo al espectador frente a la pantalla de televisión durante diecinueve minutos.
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En cuanto a sus obras más célebres, algunos consideran Off the Wall el mejor álbum del artista, de hecho, es uno de los 100 discos más vendidos de la historia. Sin embargo, el que obtuvo mayores galardones y el que quedó grabado en la retina de la audiencia es Thriller, disco que en poco más de un año se convirtió en el más vendido de la historia, con más de 65 millones de copias en todo el mundo.
Tras su muerte, las ventas han seguido incrementándose y su discográfica ha lanzado varios discos con colaboraciones como la de Justin Timberlake, Akon, 50 Cent o Lenny Kravitz. El mito de Michael Jackson continúa recaudando millones de dólares para su compañía y su familia a través de álbumes como This is It (2009), Michael (2010), Xscape (2014), Immortal (banda sonora para el tour del Circo del Sol, The Immortal World Tour) o Scream (2017).
En el décimo aniversario de su muerte muchos le recordarán por su vida personal, pero lo que aportó a la industria y al público es comparable a Elvis Presley, Queen o Los Beatles. El genio de Indiana “se fue demasiado pronto”, como dice su canción dedicada a Ryan White, el joven que falleció a los 18 años a causa del sida, pero su música es inmortal.
Texto: Mónica del Valle